05.07.23 Una muy bonita jornada en la que junto con mis nietos Ricardo y Abelardo, así como mis hijos Abe y Alex disfrutamos de la pesca (hubo doradas) y de las maravillas que el Señor ofrece a través de sus creaturas marinas (visualizamos caguamas aboyadas y marlines saltando), en el Farallón, todo ello a pesar de que la mar no estuvo lo tranquila que se había pronosticado (terminé adolorido a pesar del uso de faja, tobilleras, rodilleras y muñequeras) y que además, la temperatura de la superficie del mar estaba muy cálida (31°C).
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