12.04.23 Después de que el mecánico arregló el desperfecto del motor Honda de la Piñahata que estaba fallando, hoy y como el pronóstico meteorológico era muy halagüeño, me puse mis tobilleras, rodilleras, muñequeras y faja, para ir con mi hijo Abe al cerro y verificar su funcionamiento; gracias al Señor todos los parámetros estuvieron dentro de la normalidad y aprovechando el viaje, pusimos señuelos duros en el agua pero por más que buscamos algún pique, este no se dio y por el contrario, nos pegamos tanto a las piedras que perdimos uno de los curricanes que en reiteradas ocasiones, había sido muy productivo.
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