18.05.16 Falló el pronóstico (o la
interpretación que di a las variables climáticas), porque el viento estaba a
todo lo que daba (más de 10 km/h cuando eran 4 km/h lo que yo esperaba; terminé
empapado, cosa que no me había tocado vivir en la “Piñitas”), pero a pesar de
lo incómodo de la situación, durante la subida del agua hubo gran variedad de
especies de peces (cabrillas areneras, peces lagartija, bichis, barracudas y
pargos), que hicieron menos traumático el lapso de tiempo que pasé en el agua.
Por la intensidad del viento, puse en el agua señuelos Bomber (se hunden más y
consecuentemente, el monofilamento permanece estable), además de que a mayor
profundidad, menos caliente esta el agua (hoy teníamos 29°C en la superficie),
por lo que hay mayor concentración de oxígeno disuelto, escenario que disfrutan
los depredadores. Hoy me traje 2 pargos sarteneros y todos los demás animales
se regresaron sin mayores daños a su hábitat, que esta ocasión lucía turbio por
la gran cantidad de material suspendido que se genera con el choque de la ola
en la escollera; ahora espero que la mojada sirva para desterrar la gripa
nórdica (creo que la “atrapé” en el reciente viaje a Dinamarca), que tiene
disminuido mi diario accionar.
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