13.07.22 Hoy salí a los alrededores del Farallón con el Señor, mi compañero inseparable y como Él es un experto, me puso en el sitio donde pululaban los dorados (“solo” me traje 12 ya que a las hembras les permitía la posibilidad de que se liberaran), además, Él mismo me señaló que tipo de señuelos usar y me aconsejó poner en el agua puros curricanes de 15cm (6” para los anglofílicos), ya que a estas alturas del partido de mi vida, me inquieta sobremanera la posibilidad de que un picudo se me prenda y no pueda liberarlo satisfactoriamente; además, usé carretes Penn 4/0 con línea de 0.55mm. En definitiva, otra breve jornada (6:30 a 10:30h), que me hace reivindicar lo mucho que voy a extrañar cuando me muera.

11.07.22 Otra alucinante “mañanera” (6 a 8h), de “san lunes” que aunque comenzó floja, tal vez por el agua que estaba muy sucia (había mucha basura antropogénica), caliente (la superficie en los 31°C), con viento y además nublado, para las 7h la magnificencia del Señor intervino en favor de este “joven” de la tercera edad, de tal forma que  la ictiofauna se activo de manera sorprendente y las cabrillas, los roncachos, los cochis y hasta los pargos (me traje uno de 51cm), embistieron en forma consistente a los señuelos Bomber que puse en el agua.

08.07.22 Gloriosa jornada en los alrededores del Farallón, con mi hijo Alejandro y mis nietos Ricardo y Abelardo; gracias al Señor, todo salió extraordinariamente bien ya que el mar estaba muy a modo y la pesca (incluyendo 4 indeseables barriletes), pues ni se diga ya que de nueva cuenta encontramos a los dorados (picaron más de 15; nos trajimos 10) y además, les tomamos fotos y después liberamos, a un pez vela (se prendió cuando hice el intento de quitar de su alcance el señuelo) y un marlín muy peleonero que finalmente Alejandro pudo liberarlo del anzuelo sin mayores daños, ya en la falca de la embarcación. Literalmente y para deleite de los niños, avistamos decenas de caguamas, delfines, picudos brincando y hasta una ballena piloto.

07.07.22 En esta “mañanera” (6 a 8h), el Señor se portó magnánimo con este vetusto mortal ya que todo estuvo en grado superlativo: el viento (dificultaba la maniobrabilidad de la lanchita de aluminio), la temperatura del agua (del orden de los 31°C), la basura antropogénica aportada por los recientes escurrimientos y también……….. la pesca ya que hubo corvinas y robalos (para mis vecinos), cochis, bichis, cabrillas, roncachos y pargos (me traje uno de 48cm), por lo que al término de la jornada, quedé “dado”, como dicen los anglofílicos.

05.07.22 Hoy a las 4AM vi que había una “ventana” (hasta las 10AM), con buenas condiciones para salir a dar una vuelta por los alrededores del Farallón; por lo tanto, “invite” al Señor y con tan buen compañero, pedí al tractorista del náutico que me pusiera en el agua a las 6:40h. El buen tiempo hizo posible que a las 7:30h pudiera comenzar la “fiesta” (esta vez solo hubo dorados) y para cuando habían picado alrededor de 20 animales (ya eran las 9:30h), me direccioné de regreso al náutico, exhausto y muy agradecido con mi excelente compañero. Debo consignar que también se prendieron 2 pez velas juveniles, mismos que permanecieron en el agua hasta que pudieron auto liberarse, ya que nunca los presioné y por el contrario, dirigí la embarcación hacia ellos para que la línea estuviera siempre floja.

04.07.22 Una buena mini jornada (6 a 8h), de “san lunes” en la que los cochis me “apabullaron” (se prendían con todo tipo de señuelos, fueran Storm o Bomber) y me quitaron la escasa energía que había recuperado en el lapso de 2 días; sin embargo, también hubo algunos pargos (todos los peces fueron regresados sin mayores daños a su entorno, gracias a los anzuelos simples), con los que el Señor me compensó por el “esfuerzo” que hago para mantenerme “vivo” y sobre todo, lúcido en las “últimas” entradas de mi presencia terrenal.

02.07.22 Hoy me gustó realizar una corta “mañanera” (6 a 8h), para abrir la bitácora de julio aunque por el viento, la lluvia, la marea arrastrada y la cálida temperatura de la superficie del agua (31°C), estuve a punto de arrepentirme; pero como siempre, el Señor me “impulsó” para aprovechar que ya me repuse de la épica jornada de hace 2 días y me mostró que cada ida al mar, es una novedosa sorpresa. En esta ocasión y además de las cabrillas, los roncachos y los bichis, se me prendió un bagre (chihuil), de más de 60cm y 5kg de peso (realmente estaba obesa; distinguí que era hembra por las papilas genitales), que puso a prueba cañita, carrete, señuelo, monofilamento y además, un pargo “triple cola” (Lobotes pacificus), de 40cm. También hoy, todo fue regresado indemne al mar.