08.07.22 Gloriosa jornada en los alrededores del Farallón, con mi hijo Alejandro y mis nietos Ricardo y Abelardo; gracias al Señor, todo salió extraordinariamente bien ya que el mar estaba muy a modo y la pesca (incluyendo 4 indeseables barriletes), pues ni se diga ya que de nueva cuenta encontramos a los dorados (picaron más de 15; nos trajimos 10) y además, les tomamos fotos y después liberamos, a un pez vela (se prendió cuando hice el intento de quitar de su alcance el señuelo) y un marlín muy peleonero que finalmente Alejandro pudo liberarlo del anzuelo sin mayores daños, ya en la falca de la embarcación. Literalmente y para deleite de los niños, avistamos decenas de caguamas, delfines, picudos brincando y hasta una ballena piloto.
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