07.12.24 Ante los buenos resultados de ayer, hoy hice una “mañanera” similar con una primera etapa (6 a 7h), de pesca sobre el muelle flotante, durante la cual quise poner a prueba mis otolitos y confirmar mi capacidad para mantener el equilibrio aunque por precaución, me puse el salvavidas; hubo roncachos y muchos cochis hasta que un animal que no supe que era, acabó con diversión ya que me rompió la cañita y el monofilamento. Luego me fui (7 a 8:30h), al sitio donde ayer estaban los pargos y para mi buena suerte y por seguir siendo consentido del Señor, los encontré y no solo eso, sino que también había corvinas, una de ellas de muy buen tamaño (80cm y 3.5kg de peso), que me traje para regalarla.

06.12.24 Otra jornada de 2 tiempos ya que de 6 a 7h estuve pescando de “altura”, desde el muelle flotante del náutico que se movía cadenciosamente con las olas generadas por las embarcaciones que transitaban por el mar, lo cual vi como un reto para ejercitar mis rodillas; ahora si me cuidé de mis amigos mapaches y pude atrapar (y regresar), más de 10 cochis. Cuando llegó el tractorista me fui a San Carlos con tan buena suerte y gracias a la benevolencia del Señor, donde se me prendieron los infalibles cochis aunque luego encontré un cardumen de pargos de los cuales saqué 5, 2 de ellos de más de 40cm, con lo que a las 8:30h di por finalizada esta épica jornada decembrina.

04.12.24 Me programé para que esta “mañanera” fuera el motivo para abrir la bitácora del mes pero me encontré que en Topo hacía mucho viento y además, el ambiente estaba muy frío; por lo tanto, me decidí por fraternizar con la familia de mapaches que tienen su guarida en lanchas viejas y semi abandonadas. El caso es que si no iba poder ir a navegar, al menos quería seguir con mis lecciones de “pesca de altura” pero no contaba que estos "simpáticos" animalitos son muy listos y mientras yo les tomaba fotos a unos, otros se fueron y se aprovecharon del pan que iba a utilizar como carnada. Ni modo, fueron más astutos.