23.06.23 Después de un lapso de tiempo que me pareció una “eternidad” (mi esposa entró a cirugía pero gracias al Señor ya se está recuperando), hoy pudimos salir al Farallón con mi hijo Abe en la Pa’ntonces (también estaba fuera de servicio con la dirección hidráulica drenando aceite) y aunque la superficie del mar marcaba 29°C (hay poca concentración de Oxígeno Disuelto y a los predadores no les gusta esta condición), pudimos encontrar un “corral” en el que había muchos toros de muy buen tamaño (más de 10kg), que se prendían en señuelos blandos y duros de tal forma que hubo veces que tuvimos piques triples y hasta cuádruples. De nueva cuenta y tal como nos tiene acostumbrados el Señor, disfrutamos de la visualización de muchos peces voladores, caguamas, delfines y mantas que con su espectáculo, me hicieron olvidar los momentos difíciles que hemos pasado últimamente.
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