28.03.19 Ahora en la embarcación Mi Última, realicé una corta jornada por mis
sitios de pesca sólo para comprobar que aún con marea “muerta”, los peces son
proclives a embestir los señuelos que se les ponen enfrente; así y en el mismo
sitio de los últimos viajes, se prendieron coconanacos y corvinas (también se
me prendieron bichis pero con yo-yo, no en los Bomber de 16 cm), que serán
obsequiadas a nuestros vecinos en el ejido. Este viaje sirvió también para
atestiguar el cambio que se observa en la temperatura del agua y además, la
surgencia de mantos de algas filamentosas que obstaculizan la pesca dentro de
la bahía de Topolobampo.
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