25.02.23 “Mañanera” sabatina (6:30 a 8h), no apta para los viejos a los que ya el frío es una variable más que negativa, además de que estuvo nublado y la marea “arrastrada”; sin embargo, el Señor me puso en el “chiquero” (algunos cochis resultaron peleoneros) y en el nicho de los peces lagartija, por lo que más pronto que tarde se me desentumecieron los vetustos huesos, músculos y que con ello, llegara el “grato” cansancio que busco con estas mini jornadas.
23.02.23 Una frígida “mañanera” (6:30 a 8h), en la que la benevolencia del Señor hizo que a pesar del frío, la basura, la inadecuada marea y la presencia de multitud de delfines (se pusieron a jugar con la lanchita de aluminio y me pasaban por debajo para salir muy próximo a la falca), encontrara a las “señoras” corvinas (para mi desasosiego y contrariedad, me tuve que traer una porque salió muy lastimada de la pelea), además de que también hubo peces lagartija y bichis. Probé unos señuelos chinos (Skalund, cuyo precio hace que no te “duela” perderlos) y la verdad es que me sorprendió (al menos el que hoy usé), su buen funcionamiento.
19.02.23 Ante los buenos resultados de ayer y contra mi costumbre, hoy domingo hice una corta “mañanera” (6:30 a 8h), frente a las instalaciones del club náutico con tan buena suerte que aún antes de la salida del sol, me encontré con un cardumen de corvinas (hoy no están mis vecinos por lo que todas las regresé indemnes al agua), además de que también se prendieron cabrillas y muchos, muchos peces lagartija (subí uno a la embarcación Piñitas porque el nuevo tractorista del náutico que es originario de Topolobampo, tal vez por su juventud, no los conocía). Una vez que se lo “presenté”, lo estuvo analizando y haciendo elucubraciones acerca del filo de sus pequeñas escamas, de sus dientes y también, del sabor de su blanca y suave carne ante lo cual, le advertí de sus múltiples huesos de su tubular esqueleto.
18.02.23 Una ajetreada mañanera (6:30 a 8:30h), con mucho aire, muy nublado, humedad al 100%, temperatura de la superficie del agua en 15°C y abundante basura antropogénica (guantes de hule, aceite y bolsas de plástico); sin embargo, en cuanto puse a la Piñitas en el agua (todavía sin que se generalizara la claridad), me encontré con un cardumen de barracudas que me hicieron el favor de mitigar el intenso frío que sentía. También hubo peces lagartija, roncachos, cabrillas y para finalizar la jornada, las corvinas (para beneplácito de mis vecinos), se interesaron por los señuelos; para rematar con broche de oro, me tocó presenciar en este febrero, un magnífico e inusual espectáculo (no recuerdo haberlo atestiguado antes en mi ya larga existencia), del arco iris en invierno.
12.02.23 Tal como estaba programado, fui (obviamente con el Señor), con los Abe’s al Farallón en donde el mar no estuvo lo tranquilo que estaba pronosticado (además, con la superficie del agua a menos de 15°C), pero aún así pasamos una buena jornada de convivencia entre abuelo, hijo y nieto; los peces estaban verdaderamente frenéticos (hoy se prendían hasta 4 bonitas al mismo tiempo) y lo mejor de todo es que no había florecimientos de algas pues ha estado nublado los últimos 3 días. Lo imponderable del viaje fue que de regreso y durante todo el trayecto del canal de navegación, había un banco de neblina que no dejaba ver más allá de la proa de la embarcación.
11.02.23 Terminé de poner 150L a la Pa’ntonces (es muy probable que mañana pueda salir al cerro) y para aprovechar el viaje, de nueva cuenta puse a la Piñitas en el agua y realizar una “mañanera” (6:45 a 8:30h) y esta vez si que encontré, gracias a la benevolencia del Señor y para beneplácito de mis vecinos en el ejido, a las “señoras” corvinas. Además, esta mini jornada me da la oportunidad de identificar al pájaro marino (hoy de nueva cuenta me acompañó en mi recorrido), ya que se trata de una garceta nívea (Egretta thula) y no de una gaviota; tampoco quiero dejar de consignar que dentro de lo inédito que me ocurre cada vez que voy a navegar, en la pesca de hoy una corvina me la “robé” con el anzuelo clavado en el cerebro y a otra se le atravesó el señuelo en el hocico por lo que no lo pudo cerrar y obviamente en ambos casos, los peces se vinieron sin casi hacer resistencia.
06.02.23 Fui al náutico a ponerle gasolina a la embarcación Pa’ntonces (existe la posibilidad de una salida próxima al Farallón) y aproveché el viaje para hacer una corta jornada (6:30 a 8h), en la Piñitas por los sitios donde últimamente estaban las corvinas; no las encontré (solo los roncachos, cabrillas y peces lagartija se interesaron por los señuelos que puse en el agua), pero el Señor y su bondad me permitieron vivir otro de esos encuentros inesperados y por los que disfruto tanto de las excursiones de pesca. Resulta que durante todo el tiempo una gaviota inmaculadamente blanca, me acompañó y con ella como receptor y sin comentarios hirientes o maldicientes de su parte, pude “platicarle” todo lo que me “aqueja” (principalmente de índole físico), en esta la postrer etapa de mi existencia.
04.02.23 Aproveché que esta mañana de sábado no estuvo tan ventosa como los días previos para realizar una corta (6:30 a 8h), “mañanera” y con ello, abrir la bitácora del mes, con tan buena suerte (gracias a la infinita benevolencia del Señor), que pronto la fauna marina (cabrillas, cochis, bichis, peces lagartija, “señoras” corvinas), me hicieron entrar en calor de tal suerte que para cuando se paró la subida del agua, ya tenía mi vetusta musculatura y osamenta, agradablemente cansada y en condición de piltrafa.
