30.04.17 Con el pretexto de hacer algunos trabajos de reparación en la
siniestrada lanchita de aluminio (hoy le arreglé el golpe del espejo, restituí
el soporte para el motor y habilité el Suzuki de 6 hp), fui al náutico (contra
mi costumbre pues además de ser domingo, está en proceso un torneo infantil de
pesca y hay “exceso” de pescadores deportivos) y para aprovechar el viaje, metí
la embarcación Mi Última con la finalidad de dar un corto paseo por los sitios
donde con marea baja, puedo utilizar los señuelos Bomber que son infalibles
para los animales que tienen su hábitat muy próximo al fondo de la masa de
agua. Se prendieron “n” cochis, cabrillas areneras y una negra, corvina (al
subirla y por no utilizar la red, se soltó) y los infalibles coconacos (hoy
solo atrapé 3; no me traje ninguno por no saber que tanto me tardaría en
realizar los trabajos programados y porque además, me dio flojera escamarlos y
eviscerarlos), por lo que la bitácora de abril, queda cerrada en excelentes
términos.
domingo, 30 de abril de 2017
jueves, 27 de abril de 2017
27.04.17 El Dr. Gallardo me “recetó” una salida a la parcela para olvidar el trauma
del día de ayer y como el pronóstico marcaba buenas condiciones en el mar, nos
fuimos primero al cerro donde llegando, se prendieron bonitas en los señuelos
duros; como el objetivo era buscar dorados, dejamos a las dientudas y nos
alejamos de la piedra unos 15 km hacia el SO para encontrarnos primero con un
marlín azul que atacó un señuelo Pakula de 15 cm y estuvo prendido un buen
lapso de tiempo. Sin embargo y mientras yo aceleraba las máquinas, Pedro
trataba de sacar la caña del tintero pero la presión que el animal ejercía en
la línea, aunado al brusco acelerón de los Suzuki, impidió que tuviera éxito en
la maniobra por lo que al bajar la velocidad de la embarcación, precisamente
para que se pudiera liberar la caña, el animal aprovechó la ocasión para brincar
espectacularmente y con ello zafarse del anzuelo. Después de este evento, la
trayectoria estuvo pletórica de avistamiento
de caguamas, peces voladores y ya para concluir la jornada, cerca de la boya de
recale, nos topamos con otro marlín, esta vez rayado que de primera intención
se abalanzó sobre los señuelos pero sin prenderse en ninguno de ellos.
miércoles, 26 de abril de 2017
26.04.17 Un día que durante el resto de mi vida no voy a olvidar ya que hoy y por
la benevolencia del Señor, se me permitió permanecer sano y salvo en este
ingrato pero maravilloso mundo; resulta que salí temprano del náutico en la
lanchita de aluminio y fui al Pinto donde y a pesar de la enérgica marea, saqué
muchos, muchos cochis, 3 bichis y 3 coconacos (me traje uno de 38 cm), por lo
que pensé que iba a tener una de esas fabulosas jornadas de navegación que se
dan casi siempre dentro de la bahía. Entretenido estaba visualizando el
comportamiento de las cañitas cuando escuché el ruido de un motor marino que se
aproximaba y cuando voltee hacia atrás, vi que venía a toda velocidad y por
consiguiente con la proa levantada, una embarcación de unos pescadores
comerciales que no me vieron y me embistieron de lleno en la parte trasera (a
un lado del motorcito Honda), colisión que afortunadamente no me lastimó (solo
me aventó al piso de la embarcación pero el chaleco salvavidas que siempre
traigo puesto evitó que me golpeara con los bancos), pero que echó al agua el
motorcito Honda (lo pude recuperar ya que siempre lo traigo amarrado; solo el
maneral quedó roto), rompió las cañas que en ese momento estaba usando y abolló
el aluminio del espejo de la lanchita. Dentro de todo lo malo, lo bueno fue que
los pescadores se regresaron (ellos me ayudaron a subir el motor), aceptaron su
culpabilidad (he sabido de casos donde buscan deslindarse e impunemente
abandonan el siniestro), me remolcaron al náutico y llamaron a un mecánico para
evaluar el motor que volvió a prender después de lavarle el carburador y
cambiarle el aceite. Finalmente, el daño a la lanchita, el maneral y las cañas,
lo voy a asumir en agradecimiento a la disposición de ayuda que tuvieron Heriberto y Evelio durante el evento.
sábado, 22 de abril de 2017
22.04.17 Hoy “tuve” que ir al náutico para arreglar en definitiva el soporte del
motor en la lanchita de aluminio y para que el viaje no se fuera en balde, metí
la embarcación Mi Última para dar un corto paseo por enfrente de las
instalaciones de los marinos y la escollera de la API; de primera intención
puse en el agua los señuelos Bomber pero en el estrato donde éstos se mueven
(estuvo subiendo el agua hasta las 8:30h), solo había cochis, toros y
barracudas por lo que cambié a curricanes Storm y así me pude acercar más a las
piedras. El cambio fue inmediato y después de atrapar cabrillas areneras y
bichis, se prendió un único pargo de 38 cm (“atestiguaron” el evento unos
compañeros pescadores deportivos que andaban en kayak y otros pescadores
comerciales de los que usan chinchorros), que alegró mi mañana por lo que me
regresé al náutico temprano para terminar los trabajos programados en la
Piñitas.
jueves, 20 de abril de 2017
20.04.17 Quise agarrar el repunte de la marea sin adivinar que exactamente lo
mismo pensaron mis “compañeros” los pescadores comerciales, así que cuando
llegué a “mis” sitios de pesca en las proximidades de las piedras de la
escollera de la API, el Pinto y San Carlos, ellos ya tenían puestos sus
chinchorros esperando que se generalizara la bajada del agua; ante esta
situación, por supuesto que me abstuve de interrumpir sus actividades y me puse
a “pasear” los señuelos por el canal de navegación donde inclusive antes de que
saliera el sol, las barracudas se pusieron muy agresivas (también los jejenes y
moscos que esta mañana sin viento, hubo en abundancia), contra los señuelos
Bomber y cuando ya la luz y la claridad estaba en todo su esplendor, llegaron
los sábalos a sustituirlas en los ataques, por lo que ambas especies me proporcionaron la dosis de terapia
que como todo vicioso, requiero para calmar mi ansiedad por estar junto a mi “querencia”:
el mar.
miércoles, 19 de abril de 2017
19.04.17 Durante esta mini jornada (6:30 a 9:15h), casi pierdo el motorcito
Honda 5 hp ya que la tabla que lo soporta se quebró, seguramente debido al
esfuerzo de cambiar bruscamente la trasmisión hacia adelante y atrás, durante
la “pelea” que tuve con un toro que para mis cálculos de pescador, estaba
arriba de los 10 kg (lo tuve que agarrar con las 2 manos para poder sacarlo del
agua ya que no cabía en la red); este animal puso a prueba todos mis recursos corporales,
espirituales y también, las cañitas, los carretitos, el monofilamento, los
anzuelos simples y las argollas (últimamente he estado usando unas marca South
Bend para 13.62 kg, inoxidables que han resultado toda una sorpresa además de
que son relativamente baratas) y además, han puesto en lo más alto la productividad de
los señuelos Bomber de 13 cm. Antes del evento que me “quebró” anímicamente la
mañana, se prendieron cochis, bichis y también coconacos de los cuales solamente
me traje 2: uno de 40 cm y el otro de 39 cm, ambos muy peleoneros y también con
tendencia a encuevarse ya que salieron sin escamas en algunas partes del
cuerpo.
martes, 18 de abril de 2017
18.04.17 Como el pronóstico indicaba que íbamos a tener buen tiempo, hoy “invité”
a la embarcación Mi Última a dar un paseo por los alrededores del Farallón y
como siempre, ella se portó de maravilla así como el motor Honda 90 (con el
Suzuki de 6 hp como auxiliar); sin embargo, tuve que venirme más temprano que
de costumbre (el viaje fue de 6:30 a 10h), ya que se me olvidó reponer gasolina
y no quise arriesgarme a pasar inconvenientes. Las características de este viaje fue
que en la piedra había puros barriletitos (les llaman “bulitos” y solo querían
los Willamson de 13 cm), visualicé muchas, muchas caguamas, 2 picudos saltando (uno
de ellos salió en la proa de la embarcación y después, cuando hube pasado por
el sitio, volvió a saltar ya en la popa, como a 100 m; parecía que se burlaba
de mis intenciones de atraparlo), también había orcas y al menos 3 de ellas
estaban “entretenidas” matando un lobo marino; por supuesto, vi el frenesí
desde lejos para no interrumpir, léase miedo, su “festejo” y finalmente, debo
consignar el avistamiento del salto de las doraditas que siguen los señuelos,
como si estuvieran en una competencia pero sin prenderse de los anzuelos.
lunes, 17 de abril de 2017
17.04.17 Una mañana del lunes de semana de Pascua inolvidable ya que desde el
principio y a pesar de una marea de bajada, las barracudas se pusieron
frenéticas con los señuelos Bomber; luego les tocó el turno a los coconacos (se
prendieron 5, me traje uno de 49 cm que hizo “cimbrar” lo más recóndito de mi
estructura ósea y muscular ya que dio una intensa pelea durante más de 12 min,
al grado de que en una de las encuevadas que se dio, salió con una fea herida
cerca de la aleta caudal), cochis, cabrillas areneras y pargos (se me
prendieron 3 y me traje uno de 42 cm), siendo esta mini jornada (6:30 a 9h),
una de las más intensas y positivas que el Señor me ha permitido experimentar
en un mes de Abril, dentro de la bahía de Topolobampo.
sábado, 15 de abril de 2017
15.04.17 Durante la mini jornada de esta mañana (6:30 a 8:30 h), hubo de todo: utilicé
el Honda de 5 hp (hacía mucho tiempo que no lo echaba al agua; se portó de
maravilla), probé un carretito Okuma Trinity (me gustó mucho ya que el sonido
de la chicharra es más notorio que en los Daiwa que normalmente uso), puse en
el agua unos señuelos japoneses que están hechos en China (no los vuelvo a
comprar), los peces se volvieron “loquitos” con los señuelos Bomber (atraparon
bichis, cochis, coconacos, pargos, cabrillas prietas, cabrillas areneras y
barracudas por lo que terminé mi “tarea” muy, muy cansado) y además, mitigué un
poco lo avergonzado que me he sentido estos 2 últimos días por haber olvidado
los señuelos, el jueves próximo pasado. Ese me fui al náutico con la intención
de ir al Farallón ya que me habían comunicado la presencia de dorados alrededor
de la piedra; en el club me encontré con el Dr. Gallardo (precisamente, psiquiatra)
que iba a pescar en la bahía y pues no tardé mucho en convencerlo de que me
acompañara. Todo estuvo bien, el mar, la Mi Última, el motor Honda 90, hasta
que cuando llegamos al sitio donde se suponía íbamos a comenzar el troleo, me
percaté de que como si fuera principiante (ruego al Señor no sea principio de Alzheimer),
había olvidado los señuelos.
sábado, 8 de abril de 2017
08.04.17 Hoy la pesca fue una copia exacta de la del día de ayer con la salvedad
de que a Dios gracias, no se prendieron los malqueridos bichis y que además,
todos los especímenes del necton (incluyendo pargos y coconacos por lo que recibí
una fuerte reprimenda familiar, ya que argumentan que durante la presente cuaresma,
todos debemos comer pescado), fue regresado al mar sin daños mayores; otra
variable diferente a la vivencia previa, fue lo enérgico de la marea de subida
que aunada a las breves pero intensas ráfagas de viento, dificultaban mucho el
control de la lanchita de aluminio. Un evento también regocijante de esta mini
jornada (6:30 a 9 h), lo constituyó el hecho de encontrarme en el náutico, con
mi amigo Pedro Gallardo y su nieto Alfonso a quienes hacía mucho no saludaba y
que habían salido a navegar por el canal interno de Topolobampo.
viernes, 7 de abril de 2017
07.04.17 Hoy me fue muy bien en el mar (a mi edad, el Señor con su infinito amor,
me tiene limitadas las opciones: bien y muy bien), ya que en los señuelos
Bomber se prendieron bichis, cochis, cabrillas areneras, pargos sarteneros (me
traje uno que estaba bastante "panzón" pues sus órganos internos los tenía recubiertos con grasa) y coconacos (también me traje uno); la particularidad de la mini
jornada fue que había muchos pescadores comerciales utilizando chinchorros que
colocan muy próximos a la costa y en forma paralela a la misma, por lo que
restringen drásticamente las opciones del troleo. Además, las rocas de San
Carlos se llenaron de pescadores “turistas” (vienen y los dejan en lanchas;
cuando quieren retirarse usan la comunicación por telefonía celular para que
vengan por ellos), que pasan un rato, pescan, comen (algunos inconscientes
dejan la basura), variable también que limitó el libre tránsito para la
embarcación Piñitas.
jueves, 6 de abril de 2017
06.04.17 Esta fue una mini jornada (6:30 a 8:15 h; hasta la pleamar superior dentro de la Bahía), en
la que los pargos sarteneros se involucraron “violentamente” con los Storm ya
que se prendían en cualquiera que fuera el color del señuelo, iniciándose la “parguiza”
inclusive cuando estaba por salir el sol y la condensación aún empañaba el lente de
la cámara GoPro; también hubo cochis (uno de ellos grande y peleonero de tal
forma que cuando se encuevó, pensé que era un buen coconaco), cabrillas
areneras, barracudas, sábalos y ahora sí, los malqueridos bichis. En este día, todas
las especies del necton marino fueron regresadas a su hábitat sin mayores daños
y lo que me quedó es el agradable y adrenalóico placer de haberle cumplido a esta arraigada
pasión-afición-vicio que el Señor con su infinita benevolencia, me permite
disfrutar.
lunes, 3 de abril de 2017
03.04.17 La mini jornada de este día (6:45 a 9:45 h del nuevo horario), estuvo
llena de eventos (tal como se espera en
la navegación por el mar), inesperados
ya que a pesar de una ingrata (por los grandes manchones de algas y copiosa
basura), marea de bajada, los cochis, cabrillas
areneras, bichis (hacía mucho que no se prendían en los señuelos que
normalmente uso), las barracudas (la que muestro en la foto “sufrió” la
agresión de un águila pescadora que la tuvo en sus garras por algunos momentos;
me pesó no haber llevado otra cámara para captar la bizarra, increíble e
imponente escena) y los toros (uno de ellos muy peleonero; tardé más de 10 min
en sacarlo y cuando lo hice, mis manos estaban temblorosas y mi espalda, a
pesar de la faja y el chaleco salvavidas, me dolía intensamente), hicieron que
mi sesión de talasoterapia de este día, tuviera el efecto deseado.
sábado, 1 de abril de 2017
01.04.17 Para iniciar la bitácora de Abril, hoy “solo” me traje 2 peces (además, se
prendieron “n” cochis, peces lagartija y sábalos), un pargo de 36 cm y un
coconaco de 39 cm; con este último animal sudé “la gota gorda” ya que cuando se
encuevó y al poner el motorcito Suzuki en reversa para tratar de aliviar un
poco la tensión (no quería perder el señuelo “matón” de las últimas mini
jornadas), el monofilamento de la otra línea se enredó en la propela
(afortunadamente no se rompió, no perdí el curricán y ni llegó a trabarse el líder
de acero), pero tuve que apagar la máquina y cordelarlo solo con el impulso de
la corriente que afortunadamente (así lo dispuso el Señor en esta ocasión),
estaba a mi favor. Cuando por fin lo saqué, se vino enredado junto con otra
cuerda y un señuelo que ya no tenía los anzuelos porque seguramente se
desintegraron, pero si las anillas que son de acero inoxidable, curricán que tal vez se había pegado en la misma piedra
donde se encuevó mi presa; por lo tanto, tuve que desechar un buen tramo de
monofilamento (al igual que en la otra cañita que se me enredó y que cuando
levanté el motor, me di cuenta de que la línea solo estaba trabada en la
chaveta que asegura la propela), ya que presentaba un riesgo. Hoy también “saludé” a
mi amigo lince que con mayor soltura, deambulaba por la línea inter mareal de
las piedras en El Pinto.
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